Algunas personas participan en ensayos clínicos porque ninguna de las opciones de tratamiento estándar o aprobadas les ha funcionado, o porque no pueden tolerar ciertos efectos secundarios. Cuando la terapia estándar ha fracasado, los ensayos clínicos constituyen otra opción. Otras personas participan en ensayos porque quieren contribuir al avance de los conocimientos médicos. Todos los ensayos clínicos tienen directrices, denominadas criterios de elegibilidad, sobre quién puede participar. Los criterios se basan en factores como la edad, el sexo, la enfermedad (tipo y estadio), el historial de tratamientos anteriores y otras condiciones médicas. Esto ayuda a reducir la variación dentro del estudio y a garantizar que los investigadores podrán responder a las preguntas que planean estudiar. Por lo tanto, no todas las personas que solicitan participar en un ensayo clínico serán aceptadas. Es importante probar los medicamentos en las personas a las que se pretende ayudar. También es importante llevar a cabo la investigación en un grupo diverso de personas, porque cada una de ellas puede responder de forma diferente a los tratamientos. Las autoridades y los comités de ética de todo el mundo tratan de garantizar que se incluya en los ensayos clínicos a personas de diferentes edades, razas, grupos étnicos y géneros.